La inflación sin freno obliga a las familias españolas a tomar decisiones sobre consumo que afectan a sus vacaciones. La subida de los precios provoca que cuatro de cada diez hayan alterado sus planes para este verano. Desde el cambio del destino elegido, a acortar los días de vacaciones en destino, o incluso a suspender las vacaciones de este año. Las economías familiares ajustan sus prioridades.
Además un 57% ha decidido acortar la duración de su escapada veraniega como consecuencia del incremento de los precios.
No en vano, en algunos destinos, como por ejemplo las islas Baleares, el incremento de los precios en hospedaje supera el 20%.
Ademá, más de seis de cada diez utilizará el coche para su escapada y eso a pesar de que los carburantes se encuentran en niveles récord como consecuencia de la guerra de Ucrania.