A Ajmed, el Servicio de Empleo de Cáritas le ha devuelto la sonrisa. Su mujer falleció y se quedó al cuidado de sus 4 hijos. No pudo compaginar la crianza con ningún trabajo y tampoco contaba con una red familiar en España que pudiese ayudarle. Hasta que llegó Cáritas.Todo el que acude a Cáritas recibe orientación y, según sus carencias y cualidades, es derivado a uno de sus 4 centros de formación, donde se han impartido 75 cursos el pasado año, como el de manipulación de alimentos al que acudió Ana.Si por sus propios medios no encuentran trabajo, acuden a la Agencia de Colocación.
Un servicio que Cáritas ha podido llevar a cabo gracias a los 569 voluntarios que apoyan esta labor.