El 'carnicero tatuador' de Valdemoro, acusado de asesinar en octubre de 2018 a una joven y mutilar su cuerpo, se escuda en la adicción a la cocaína que tenía y en la infancia traumática que vivió con un padre que le llevaba con 7 años con prostitutas para excusar el brutal crimen y defender que se trató de un homicidio imprudente.
El fiscal solicita 25 años y cinco meses de cárcel para Leonardo V. J., de nacionalidad colombiana y con 27 años en el momento del crimen, por los delitos de asesinato y profanación de cadáver.
El acusado mutiló el cuerpo de la joven, a quien cortó la cara, los pechos y los tatuajes que le realizó meses antes para meterlos en salmuera como trofeos.
El abogado defensor, el letrado García Marcos, sostiene que su cliente perpetró los hechos bajo los efectos de las drogas, por lo que solicita que se le condene a tres años de cárcel por un delito de homicidio imprudente con la atenuante por adicciones. "Tenía un problema de drogodependencia", ha dicho.
En cambio, el abogado que representa a la familia solicita que se le condene a prisión permanente revisable por la vulnerabilidad de la chica que mató, quien había sido anteriormente víctima de delitos graves. Solicita tres años de cárcel para su expareja por encubrir el crimen.
Fue la exnovia del acusado quién alertó a la Guardia Civil de que había ayudado a Leonardo a deshacerse de un cadáver, lo que permitió su detención. El hombre vivía en Valdemoro y se hacía llamar en redes sociales 'el carnicero tatuador'.
Los hechos se produjeron la noche del 15 de octubre de 2019 cuando el acusado recibió en su domicilio de Valdemoro a E. C. L., de 18 años, a quien conocía de haberle realizado algunos tatuajes en fechas anteriores así como de suministrarle medicamentos sin receta.
En el interior de la vivienda, y durante un buen rato, la joven consumió varias cervezas y se tomó pastillas de un medicamento llamado Rivotril en el dormitorio principal sita en la primera planta.
A continuación, "aprovechando el estado de somnolencia en que la misma se encontraba por el consumo de las sustancias", entre las dos y las tres de la madrugada del día 16 se colocó "súbitamente" por detrás de la joven y situó su brazo alrededor del cuello de la víctima con la intención de ahogarla.
Tras algunos minutos de no conseguir su objetivo, L. V. J. optó por cambiar de plan y trató de hacerlo, también sin éxito, con un cable "a causa de su incapacidad para apretar suficientemente el cuello de la víctima".
No lo consiguió y entonces trató de ahogarla con un cable, y al ver que no podía clavó un cuchillo en el abdomen de la víctima mientras seguía ahogándola con el cable.