El juez ha dejado en libertad a la conductora que atropelló mortalmente a dos mujeres de 79 y 72 años en el barrio madrileño de Sanchinarro este domingo, cuando conducía sin carné y ebria, y a su pareja, que iba como copiloto, han informado a Efe fuentes jurídicas.
La mujer, de 30 años, ha pasado este lunes a disposición del Juzgado de instrucción número 14 de Madrid, y el fiscal ha solicitado prisión provisional por un delito de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas en concurso con dos delitos de homicidio por imprudencia grave, que pueden alcanzar penas de hasta 6 años de prisión.
El juez ha optado por dejar en libertad a la mujer, si bien le imputa delitos de homicidio imprudente, un delito de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas y un tercero de conducción sin permiso.
La mujer deberá presentarse cada quince días ante el juzgado mientras dure la instrucción de la causa. También tendrá que hacerlo su acompañante, cuya participación está por determinar, aunque el fiscal lo considera cooperador necesario por dejar el coche a la conductora a sabiendas de que no tenía carnet, según las fuentes consultadas por Efe.
Un menor de edad hijo de ambos iba en los asientos traseros del BMW con el que cometieron el atropello mortal de las dos mujeres, que cruzaban correctamente.
En el primer test de alcoholemia, la conductora dio 0,96 mg/l, cuadruplicando la tasa permitida, en tanto que la investigación que lleva a cabo la Policía Municipal determinará si conducía a velocidad excesiva.
El suceso tuvo lugar sobre las 19:00 horas en la avenida Ingeniero Emilio Herrera, de tres carriles, cuando las dos mujeres septuagenarias estaban en la mediana.
Más allá de la investigación, los vecinos de la zona han mostrado por un lado su conmoción por lo ocurrido, pero también su enfado por unos hechos que vienen denunciando desde hace tiempo.
La avenida Ingeniero Emilio Herrera en Sanchinarro, donde se produjo el doble atropello mortal, es una vía urbana en la que los vehículos circulan a excesiva velocidad, según denuncian los vecinos de la zona.
Los vecinos dicen estar acostumbrados a los derrapes, a los frenazos... Hablamos de un barrio con avenidas largas y anchas, algunos pasos de peatones sin semáforos y rotondas grandes. En algunos puntos, los coches doblan la velocidad máxima permitida.
Ya en junio, la Asociación de Vecinos de Sanchinarro solicitaba por escrito al Ayuntamiento de Madrid la instalación de badenes o pasos elevados para regular la velocidad cerca de donde se produjo este último atropello mortal.