España ha convocado al embajador de Irán en Madrid para protestar por la represión en ese país a las protestas en favor de los derechos de las mujeres ante, la gran preocupación internacional por la situación en Irán.
El embajador iraní ha acudido a la cita con el ministro horas antes de que se celebrara una concentración frente a la legación diplomática organizada por varios grupos culturales de mujeres. Protestan por la muerte hace 11 días de la joven Mahsa Amini, tras su detención por no llevar el velo islámico. Más de 40 personas han perdido la vida en los últimos días a causa de las protestas.
“Queremos mostrar nuestro rechazo a que llevar el velo sea considerado un hecho cultural, creemos que no es un símbolo cultural y no lo será hasta que no llevarlo no tenga consecuencias de ningún tipo”, explicaba una manifestante. Ante la magnitud de lo que está ocurriendo en Irán una joven ha expresado su malestar desde la embajada de Irán, “muchos jóvenes han muerto, ahora van 66 personas muertas que salen a la calle para conseguir su libertad”, explica.
Esta mañana estudiantes iraníes se manifestaban contra el régimen y en apoyo a las mujeres. Además, las manifestaciones están llegando a todo el mundo, a países como Argentina donde cientos de personas se han movilizado en defensa de las mujeres iranís.
También en el ámbito deportivo, varios jugadores se han rapado el pelo de la cabeza como muestra de apoyo a esta lucha. En el mundo cineasta, ya han pedido apoyo internacional.
Naciones Unidas ha confirmado el uso de fuego en las manifestaciones por parte de las fuerzas de seguridad del régimen. El gobierno español ha condenado al iraní y desde el PP se promueve una declaración institucional en apoyo a las mujeres de Irán.
Cuca Gamarra, portavoz del PP en el Congreso, ha expresado su apoyo al derecho, “a no hacer uso de velos, yihad, burkas o cualquier otra prenda que suponga una restricción a la libertad individual”.
La muerte de la joven de 22 años que se negó a llevar el yihad se ha convertido en un potente símbolo de rebelión y recuerdo de que en Irán, antes de la revolución de 1979, no existía el estricto código de vestimenta actual.