La región madrileña también produce vinos espumosos. Dos bodegas de Colmenar de Oreja, en la comarca de Las Vegas, son las que siguiendo el método tradicional elaboran este tipo de bebida.
No es cava. No estamos en las zonas reconocidas por la Denominación de Origen Cava. Así que lo correcto es referirse a él como vino espumoso de calidad.
A 8 metros de profundidad, en una cueva colmenareña, crecen los caldos en el interior de las botellas que requieren supervisión diaria. Un giro especial de cada una de ellas para garantizar su calidad y propiedades.
Después de 10 meses fermentando en la botella es momento de etiquetar. Y un consejo de expertos: meterlo en la nevera a 6 grados antes de descorcharlo.