El Gobierno desvincula la reforma del delito de sedición de la mesa de diálogo con Cataluña
M.J. ESPEJO / M.A. LÓPEZ
El Gobierno de Pedro Sánchez insiste en su decisión de llevar adelante una reforma del Código Penal que, entre otras, incluiría una rebaja de las penas por sedición. No forma parte, "en absoluto", asegura la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, de la mesa de diálogo con Cataluña.
Calvo insiste en que esta reforma es un instrumento legislativo y ni va a ser sometido a ninguna negociación ni Pedro Sánchez va a hablar de ello con ningún presidente autonómico, en alusión a Quim Torra.
Un asunto en el que su socio de Gobierno, Unidas Podemos, está totalmente a favor. Su portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, asegura que su ambigüedad permitiría aplicarlo a alguien que participe en un desahucio, por lo que son favorables a actualizarlo con máximo consenso en el Congreso.
Muy distinta es la valoración de la oposición. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, dice que Sanchez empieza a enseñar sus cartas, y que ésta es la "reforma Junqueras", que dice que pretende facilitar la vuelta a la política de condenados en el juicio del procés.
Ciudadanos dice que es una cesión frente al chantaje y Vox, que son "excusas" a cambio de la abstención de ERC.
Si sale adelante la reforma con la rebaja de penas por sedición, los líderes independentistas catalanes verían reducidas sus condenas. Pero para aprobarla en el Congreso se requiere mayoría absoluta, por lo que necesitaría el apoyo de fuerzas independentistas