El Museo del Prado acoge una exposición dedicada a Francisco de Herrera, el Mozo, uno de los artistas más singulares e innovadores del barroco en España y, sin embargo, un pintor desconocido en muchos aspectos y poco reivindicado por la historia.
"Puede afirmarse sin temor a exagerar que de esta exposición emerge un Herrera, el Mozo, totalmente novedoso", afirma este lunes en nota de prensa Miguel Falomir, director del Museo Nacional del Prado, sobre esta muestra que tendrá lugar del 25 de abril al 30 de julio.
Esta exposición, comisariada por Benito Navarrete, catedrático de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid, permite mostrar las múltiples facetas que hacen de Francisco de Herrera, el Mozo (Sevilla, 1627-1685), un artista integral: pintor, dibujante, grabador, escenógrafo, arquitecto inventivo y diseñador.
Con esta muestra el museo pone en relieve, a través de más de 70 obras, su estancia en Italia, sus dotes como pintor de grandes frescos, la influencia de su formación en Sevilla con su padre, Francisco de Herrera, el Viejo, y su relación con Murillo, así como su faceta de dibujante e introductor del estípite en la retablística hispánica.
Una de las obras más singulares de esta exposición es el manuscrito 'Los celos hacen estrellas', de Juan Vélez de Guevara, iluminado con las escenografías de Herrera, el Mozo, un testimonio único que se exhibe por primera vez en Madrid gracias al préstamo excepcional de la Österreichische Nationalbibliothek de Viena.
Casi el 90 por ciento de las pinturas que figuran en la muestra han sido restauradas para la ocasión, "algunas de ellas literalmente rescatadas, y son numerosas las que abandonan por primera vez las iglesias para las que fueron pintadas", señala la nota.
En esta exposición, "se pone en valor el arte de Herrera, el Mozo, y se comprueba lo mucho que le deben los pintores de su propia generación, como Juan Carreño de Miranda y Francisco Rizi".
Además se muestra lo notorio que fue su legado, no solo como pintor o dibujante, "sino también como arquitecto inventivo", una faceta esencial para entender su verdadera dimensión y el alcance de su obra.
Se subraya también la fama que atesoró por sus extraordinarias dotes como pintor de grandes composiciones al fresco, la influencia de su formación en Sevilla con su padre y su relación controvertida con Murillo, al que desplazó en algún importante encargo.
"Herrera, el Mozo, y el Barroco total" reúne lo más importante de su producción, como 'El Triunfo del Sacramento de la Eucaristía', prestado por la Archicofradía Sacramental del Sagrario de Sevilla, o el "Sueño de San José", de la iglesia de Aldeavieja de Ávila.
Entre las novedades, según recoge la nota, destaca la atribución del 'Vendedor de pescado' de la National Gallery de Canadá en Ottawa, gracias a los estudios técnicos compatibles con los del "Triunfo de San Hermenegildo" y ser una de las pinturas que le dio fama a Herrera en Roma en fechas cercanas a 1650 al ser conocido como il Spagnolo degli Pexe (el español de los peces).
También se ha identificado en el British Museum de Londres el dibujo que regaló el propio Herrera al Tribunal de la Inquisición de Sevilla, dibujo, según ahora se dice, está citado en un contrato donde se califica a Herrera en 1660 (y viviendo Murillo) como el pintor de más fama de Sevilla.
Además, la exposición y la investigación llevada a cabo durante más de cuatro años ha servido para estudiar los fondos del propio museo y atribuir la obra "General de artillería" a Herrera, antes atribuido a Francisco Rizi.