Instantes antes de que comenzara este segundo y decisivo, a priori, debate a cuatro los candidatos apuraban, recibiendo las últimas indicaciones de sus asesores y perfilaban la estrategia elegida en base a la experiencia del día anterior.
Vimos a Pablo Casado más incisivo; a Pablo Iglesias mantener su tono moderado y conciliador, ejerciendo casi de árbitro del debate; el presidente Sánchez sacó su lado más combativo y Albert Rivera fue, como en la primera cita, el más efectista de los cuatro, utilizando el "atrezzo" necesario para difundir sus mensajes.
A juicio de Jose Luis Martín Ovejero, experto en comunicación, este debate no ha sido tan decisivo como se esperaba.