La inflación está penalizando las rebajas. No hay grandes descuentos ni, de momento, un incremento significativo de las ventas. Las primeras rebajas de verano post-Covid se quedan a medio gas. Los comerciantes, además, están preocupados por una temporada de otoño y de invierno que prevén bastante floja.
Los comerciantes están preocupados porque la inflación continúe subiendo y eso reduzca, todavía un poco más, el consumo. De momento, según dicen los comerciantes, la campaña de verano va a ser buena.
Este año no va a haber descuentos y ofertas tan considerables como en otros veranos. Y es que los propios comerciantes han tenido que asumir parte de la inflación, además de haber menos stock disponible.
La inflación ha disparado los costes de las tiendas y muchos empresarios han optado por no repercutirlos al cliente en su totalidad.
Algunas tiendas están adoptando medidas como la de aplicar los descuentos de manera progresiva para tratar, así, de sacar el mayor ingreso posible. Otras optan por poner más descuentos online que en la tienda física.