Murió sin llegar a cumplir los 40, pero fue un genio del Collage, la Pintura y la Fotografía. Cualquier medio expresivo le servía a David Wojnarowicz para reflejar la dura realidad de su Nueva York de los 80 y los 90, marcado por la epidemia del SIDA.
Ahora el Museo Reina Sofía realiza una gran retrospectiva de su trabajo con la exposición "David Wojnarowicz. La historia me quita el sueño".
Se trata de la primera gran revisión de la obra del artista estadounidense que destacó en su activismo contra el sida en los años 80 y que pedía "no olvidar la Historia y estar siempre alerta".
"Fue un artista que pensaba la cosas de forma parecida a lo que muestra el cuadro 'Guernica' de Picasso: no debemos olvidar la Historia. De ahí el título de la exposición", ha señalado uno de los comisarios de la exposición, David Kiehl, quien ha destacado en todo momento el carácter contracultural de Wojnarowicz.
El significado del ser humano
"La pregunta que se repite en casi todas sus obras es la de qué significa ser humano en el mundo. Y creo que nos sigue preguntando hoy. Wojnarowicz hablaba con rabia de ese desdén hacia los demás, de lo que suponía ser insignificante a los ojos de los demás y participar en los márgenes", ha defendido Kiehl.
El artista estadounidense vivió una infancia y juventud difíciles, en las que sufrió maltratos físicos y ejerció la prostitución. A principios de los años 80, con apenas 20 años, el artista descubrió que tenía el VIH y desde entonces enfocó parte de su obra a luchar contra la estigmatización de esta enfermedad y la homosexualidad, en especial en una Nueva York que marginaba a los contagiados del virus.
La muestra, organizada por el Whitney Museum, es una vista atrás a lo que supone ser "un artista global", que en trece años de trayectoria evoluciona de pintar en las aceras y rebuscar material en la basura a fotografías estilizadas en blanco y negro (a la manera de su amigo y también fallecido por Sida el fotógrafo Peter Hujar).
"Fue un autodidacta, se formó con ayuda de amigos como el propio Hujar y aprendía sobre la marcha", ha señalado Kiehl. En la muestra, por ejemplo, aparecen algunas de sus primeras obras que eran homenajes a escritores franceses que admiraba, ya que Wojnarowicz aspiraba a ser poeta, como Jean Genet o Rimbaud.