Los comerciantes cuentan con apenas una semana de plazo para adaptarse a la mayoría de las nuevas medidas de ahorro energético que ha decretado el Gobierno dentro del Plan de Choque. La noche del martes los escaparates ya tendrán que estar apagados y los termostatos a 27 grados.
Con estas medidas el Ejecutivo pretende reducir rápidamente el consumo de energía en los edificios administrativos, comerciales y de pública concurrencia. Se ha encontrado con la más firme oposición de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y con miradas de preocupación por parte del sector comercial.
Los pequeños comercios ya han comenzado a adaptarse: a la regulación horaria de los escaparates, instalando temporizadores; a los límites de temperatura, entre otras medidas, ajustando los termostatos. Para cumplir la obligación de mantener cerrada la puerta cuentan con algo más de tiempo: hasta principios de mes.
Es el caso de Noelia, que habitualmente apaga las luces de su escaparate a las 23:00h, porque a partir de esa hora no pasa público, pero que a partir del martes deberá adelantarlo una hora. El escaparate es un foco de atención y hay preocupación en el sector. Noelia recalca que el escaparate es también una forma de vender fuera del horario comercial.
Otra de las medidas es el aire acondicionado a como mínimo a 27 grados y a un máximo de 19 grados en septiembre. Esta medida preocupa especialmente a comercios relacionados con el textil y el calzado. Están preocupados porque consideran que, en verano y en plena ola de calor, esta decisión puede perjudicar las condiciones de higiene de sus negocios.
Los comercios revisan el decreto para adaptarse antes de su entrada en vigor, lo que incluye instalar un sistema de cierre automático en sus negocios, para facilitar mantener el interior del local a la temperatura indicada dentro del Plan de Choque.