Los líderes de la Unión Europea buscarán este jueves cerrar la agenda estratégica del bloque para la próxima legislatura y los altos cargos que deberán llevarla a cabo, en una decisión que llega a Bruselas ya encarrilada --pese al malestar de Italia y Hungría-- porque los líderes populares, socialdemócratas y liberales pactaron días antes apoyar el reparto de nombres que ya estuvo sobre la mesa en la cumbre anterior.
Distintas fuentes diplomáticas coinciden en definir como "estable" la propuesta de reparto que se discutió en la cita anterior y que supondrá la renovación de la alemana conservadora Ursula von der Leyen al frente de la Comisión Europea, la designación del socialista portugués António Costa y la elección de la primera ministra estonia, Kaja Kallas, como relevo para Josep Borrell al frente de la diplomacia europea.
La continuidad de Von der Leyen no depende sólo de los mandatarios ya que necesitará también la aprobación por mayoría absoluta del pleno del Parlamento Europeo, probablemente en la próxima sesión de julio, en una votación secreta para la que no hay disciplina de voto.
Los socialistas y liberales en la Eurocámara le han asegurado su apoyo siempre que no cuente para su reelección con los ultraconservadores y la extrema derecha, por lo que han puesto como línea roja que Von der Leyen no busque votos en el grupo de Conservadores y Reformistas (ECR) que lidera los Hermanos de Italia de la primera ministra italiana Giorgia Meloni y que se convertirá en la tercera mayor fuerza en el nuevo Parlamento Europeo.
La gran coalición ha negociado el reparto de los altos cargos sin contar con los gobiernos de Italia, Hungría y República Checa, lo que generó el evidente malestar sobre todo en Meloni y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que han amagado con oponerse, si bien desde distintas capitales insisten en que ello no impedirá el entendimiento suficiente para sacar adelante el acuerdo.