La Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM) ha destacado este miércoles la Comunidad de Madrid como centro de la inversión extranjera en España y ha emitido una serie de recomendaciones para potenciarla aún más.
"Madrid está aguantando y soportando la Economía del resto de España. Nuestro PIB supone el 19% del nacional y el PIB per cápita es de 32.048 euros, un 35% más que en el conjunto del Estado", ha remarcado el presidente de CEIM, Miguel Garrido, en la presentación del estudio 'Factores que inciden positivamente en la atracción de inversiones y propuestas para la Comunidad de Madrid'.
El presidente ha enfatizado en que la región "acapara buena parte de la inversión extranjera" y de la creación de empresas, aunque entiende que "sin duda" hay que mejorar para ser más competitivo.
Entiende que en el momento actual el principal problema es la bajada de la productividad en la Economía española, fenómeno que se está agravando.
Es por ello que apuesta por mejorar la competitividad y potenciar la "capacidad de adaptación" que demostraron las compañía madrileñas durante la pandemia.
"También hay que destacar la libertad económica de Madrid. Quizás en el comercio es donde mejor se visualiza. Con la libertad de horarios se ha facilitado elegir libremente. A nadie se le obliga a abrir, pero a nadie se le impide hacerlo", ha remarcado Garrido.
El presidente de CEIM cree, además, que desde la Comunidad se ha hecho un buen trabajo quitando "trabas" a la actividad económica y espera que iniciativas como la Ley de Mercado Abierto "de continuidad" a esa senda que permite, además, producir "sinergias" entre administración y empresas. "En Madrid tenemos una política tributaria que ha tenido resultados espectaculares porque ha permitido que con una presión y fiscalidad incentivadora de la actividad se consiga más y crezca la recaudación", ha aseverad.
Así, de cara al futuro y tras un análisis en el que se ha tenido en cuenta los efectos de la invasión de Ucrania por parte de Rusia CEIM ha planteado una serie de propuestas divididas en diferentes bloques.
En el primero de ellos, la modernización y gobernanza de la Administración. Los empresarios madrileños piden, por ejemplo, que los ciudadanos tengan una mayor capacidad de elección sobre el tipo y cantidad de servicios público, ya que entienden que permitiría evaluar o corregir deficiencias en el funcionamiento. También apuestan porque estos servicios públicos cuenten con una presencia mayor de la colaboración público privada.
Una ventanilla única digital de orientación y apoyo empresarial o una oficina de captación de inversores extranjeros figuran también en este apartado que insta a simplificar el marco normativo, a aumentar las agencias privadas de colocación y a la formación de los funcionarios públicos. También instan a la creación de una Oficina madrileña de Data Science y una plataforma digital que permitan ordenar y analizar los datos generados a diario de la relación de la Comunidad con los ciudadanos y las empresas.
En el campo de las propuestas fiscales apuestan por "simplificación y estabilidad tributaria", fomentas las "alianzas empresariales y fusiones" como elemento de crecimiento, impulsar las relaciones de cooperación entre usuarios y administraciones y eliminar o limitar los "tributos que suponen barreras a nuevas actividades económicas".
En el caso regulatorio, reclaman el diseño de la política normativa y regulatoria que esté orientada a la empresa, la obligación de dar publicidad a las normas de forma agregada y el 'benchmarking' internacional y autonómico sobre mejores prácticas regulatorias.
Por su parte, en el ámbito cultural han reclamado que se utilice el español como un sector económico, "como producto" y como vínculo tanto con Estados Unidos como con Latinoamérica.
Asimismo, instan a que la Comunidad realice un inventario detallado y público del patrimonio autonómico y local para conocer el estado de los activos inmobiliarios y analizar sus posibles usos, potenciando su atractivo turístico.
En el campo de la educación reclaman que se impulse la captación de talento, así como la interacción del mundo empresarial con el ámbito universitario fomentando, además, la cultura empresarial o la educación financiera.
Asimismo, entienden que es importante que se especialicen los centros de formación y universidades, se fomente la participación de adultos en actividades de formación continua y se mejore la eficiencia de las políticas activas de empleo junto a la formación dual.