Más de 8.000 niños pasaron por las trece aulas hospitalarias de la Comunidad de Madrid el pasado curso escolar, en las que se ofrece atención educativa a los estudiantes que están ingresados para dar continuidad a su proceso de enseñanza y aprendizaje y para evitar la merma en la formación que pudiera derivarse de su situación.
"Muchas veces el calor de un compañero o de un profesor, un paseo al aire libre, un juego de mesa en un pasillo, ayudarse unos a otros después de clase... puede hacer tanto bien como las terapias más avanzadas", ha señalado la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, tras visitar el dispositivo que hay en el Hospital Universitario de Fuenlabrada.
Según ha explicado la dirigente regional, el modelo "funciona gracias a su enorme flexibilidad" porque "hay días en que el niño se encuentra en plena forma para asistir al aula, pero hay otros en que los docentes van a verle a su habitación y es allí donde le dan la clase".
Además, hay un servicio de apoyo educativo domiciliario para seguir a los menores en sus casas hasta su reincorporación plena. Los profesores se coordinan tanto con el centro docente en el que están matriculados como con este último recurso, si es necesario. De este modo, se facilita la incorporación del paciente a su colegio o instituto, una vez transcurrido su periodo de convalecencia.
Gracias a esta iniciativa se favorece a su vez la integración de los niños y que el tiempo libre de su estancia se pueda utilizar para formación. Para ello, se aprovecha el uso de nuevas tecnologías entre los estudiantes y el centro de referencia.
La Comunidad de Madrid cuenta en su sanidad pública con 13 aulas situadas en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón; Clínico San Carlos; Niño Jesús; La Paz; 12 de Octubre; Ramón y Cajal (en Madrid capital); Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares); Puerta de Hierro (Majadahonda); Fundación Alcorcón; Severo Ochoa (Leganés); y Hospitales de Getafe, Móstoles y Fuenlabrada.