Felipe VI tendrá esta Nochebuena su discurso de Navidad más difícil. Se enfrenta a él en un durísimo año para España por culpa de la pandemia del coronavirus y con su padre, el rey emérito Juan Carlos I, fuera del país y en el punto de mira por varias investigaciones judiciales.
Si siempre se esperan sus palabras, este año, la expectación es máxima ante lo que diga Felipe VI.
En su primer discurso de Navidad, en 2014, dijo lo siguiente: "Las conductas que se alejan del comportamiento que cabe esperar de un servidor publica provocan con toda razón indignación".
Serían tan significativas seis años después con su padre, don Juan Carlos, fuera de España con tres causas abiertas en el Tribunal Supremo y habiendo pagado 670.000 euros a Hacienda para regularizar su situación tributaria. Una realidad que presiona al rey en un momento en que, además, está en boca de quienes usan su figura para salvar una unidad de España que consideran en riesgo por el Gobierno de Pedro Sánchez.
Una carta de militares retirados fue muestra de ello y por parte también de quien desde dentro del Ejecutivo apuestan por la República. Podemos pide abiertamente que el monarca condene las acciones del rey emérito.
Todo indica que Felipe VI marcará distancias entre la Corona y comportamientos que no caben en la institución.