Amanece temprano en casa de Paloma. Un café, enciende el ordenador y ya está a mil por hora. Tiene 4 hijos y de camino al cole como cada mañana, en el coche, toca repasar la tabla de multiplicar.
Y de nuevo a casa, a teletrabajar, pero con el pequeño. Ella dice saberse afortunada, pero afirma que el cerebro de las operaciones es ella y cree que las madres en general.
Ana, desconecta del trabajo. Es directiva. Consigue desconectar del trabajo corriendo con sus hijas. Y también dice sentirse afortunada porque existen empresas como la suya, con paridad en cargos directivos e igualdad salarial. En su empresa están haciendo un plan de igualdad.
Otra realidad es la Carmen. Una mujer divorciada, madre de tres hijos y uno de ellos con discapacidad. Ella reivindica el papel de madres y de cuidadoras, pero también el de creadoras, mujeres fuertes y mujeres valientes.
Mujeres que no quieren renunciar a nada, ni a sus trabajos, ni a sus hijos. Simplemente conciliar.