La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, ha ganado en popularidad en los últimos días por su reacción posterior y por sus declaraciones tras los recientes atentados que han golpeado el país. Muy a su pesar, la masacre de Christchurch ha permitido a la jefa de Gobierno más joven del mundo afianzar su imagen pública dentro y fuera de su país.
Defensora de políticas feministas o la enseñanza universitaria gratuita, se tomó seis semanas de baja maternal estando ya en el cargo y se llevó a su bebé a la Asamblea General de Naciones Unidas. Un fenómeno que en su país se conoce como ‘jacindamanía’.
A sus 38 años Jacinda Ardern ha demostrado su fuerza y su empatía abrazando a las familias afectadas por la masacre.
La política más ‘cool '-según sus seguidores- nació en 1980 en la ciudad neozelandesa de Hamilton. Hija de un policía y una empleada de comedor escolar, fue educada en la fe mormona, que abandonó de mayor por entrar en conflicto con sus puntos de vista políticos.
Estudió ciencias de la comunicación, entró en el partido laborista y fue asesora del primer ministro británico Tony Blair.
Con su bebé en la ONU
Defensora del matrimonio homosexual, de la legalización de la marihuana y de los derechos de las mujeres, dio a luz a su primera hija estando ya en el cargo y se tomó seis semanas de baja maternal.
Pero fue más allá e hizo historia al llevar a su bebé de tres meses y a su marido a la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) Una más de las razones que han llevado a Jacinda a convertirse en un icono de la política
Jacinda Ardern es la líder del Partido Laborista, asumió el cargo el 1 de agosto de 2017. Fue elegida por primera vez como parlamentaria en las elecciones generales de 2008 y ha sido diputada para Mount Albert desde el 8 de marzo de 2017. Ardern es la jefa de gobierno más joven del mundo al asumir el cargo a los 37 años.