Boadilla del Monte acoge ya a 400 refugiados ucranianos. Y para integrarlos, además de poner el foco en nuestro idioma y el empleo, van más allá. Una docena de ucranianas asisten a clases de sevillanas una vez a la semana.
Llevan solo dos clases pero están aprendiendo rápido. Después de dar clases de español, reciben nociones de sevillanas. Lo primero coger el ritmo, las palmas, los pies. Hasta se ha animado a bailar el alcalde de Boadilla del Monte. Bailar para intentar olvidar el horror de la guerra.