El pasado 5 de septiembre Carles Puigdemont marcó cuáles eran sus condiciones para llegar a un acuerdo con el PSOE y facilitar la investidura de Pedro Sánchez. Y se han cumplido todas.
La primera, la amnistía. Una ley que incluya el amplio espectro de la "represión" iniciada desde antes de la consulta del 9 de noviembre de 2014.
El acuerdo entre PSOE y Junts asume que se han producido situaciones comprendidas en el concepto 'lawfare' o judicialización de la política y que se tendrá en cuenta a la hora de aplicar la amnistía.
Respecto al mediador internacional, uno de los asuntos más polémicos, el PSOE también acepta un mecanismo de verificación y seguimiento del acuerdo.