Hasta cinco policías nacionales que actuaron en colegios de Barcelona para impedir la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 han descrito este miércoles en el juicio por el proceso independentista en Cataluña que sospecharon que Mossos d'Esquadra "camuflados" con dispositivos de radiotransmisión auriculares (pinganillos) alertaron a los ciudadanos que estaban en un centro de votación de la llegada de las unidades policiales para que se "organizasen".
El primero en relatar este suceso ha sido un inspector de la Comisaría General de Información desplazado a Cataluña para el 1-O para coordinar la intervención en los colegios del distrito de Les Corts y Sabadell. Ha señalado que desde el primer momento le llamó la atención que en los centros electorales siempre hubiese congregada una "masa ingente" de personas, incluso después de haber votado.
Fue en la Escuela Pau Romeva de Barcelona en la que se comprobó que los concentrados se avisaban entre ellos de "viva voz" de que la Policía estaba a punto de llegar al centro para así poderse organizar y cerrar el colegio con el objetivo de impedir la actuación policial. Los cinco testigos han destacado que, además, el acceso a la calle en la que se encuentra el centro estaba cortada por dos vehículos logotipados de Mossos d'Esquadra. Allí, en la parte de atrás del colegio Pau Romeva, detectaron a dos personas "vestidos con ropa convencional", que llevaban "medio de transmisión ocultos", "botas tácticas", defensa extensible escondida e incluso "armas cortas".
Cuando terminó la actuación en el colegio, se metieron rápidamente en un coche próximo, cuya matrícula se comprobó que pertenecía a la Presidencia de la Generalitat de Cataluña, y "salieron a la carrera" persiguiendo el convoy policial, han subrayado.
Para el inspector de la Policía responsable de la actuación este hecho confirma sus sospechas de que los Mossos d'Esquadra estaban "vigilando" los movimientos de la Policía para avisar a los concentrados.
Indisposición de un auxiliar
El presidente del tribunal que juzga el "procés", Manuel Marchena, ha suspendido la sesión poco después del comienzo por la indisposición de un auxiliar del Supremo, que ha sido atendido de un espasmo por los servicios médicos.
Pocos minutos después la sesión se ha reanudado.
Marchena ha ordenado al público que desalojara la sala, si bien los acusados y sus respectivos abogados han podido permanecer dentro.