Shanghái extrema las medidas de su confinamiento en medio de un repunte de la cifra de fallecidos mientras Pekín comenzó este lunes a hacer test masivos y a cerrar urbanizaciones para evitar la propagación de la covid en la capital china.
La metrópolis oriental anunció este lunes la muerte de otras 51 personas por covid, con lo que la urbe suma un total de 138 fallecidos desde que decretó hace un mes un confinamiento masivo para atajar un abrupto aumento de casos.
La última polémica en Shanghái la ha protagonizado el levantamiento de unas enormes vallas verdes -de unos dos metros de altura- en algunas urbanizaciones para impedir que los residentes salgan de sus casas.
Las redes sociales recogieron este fin de semana imágenes de personas confinadas que criticaban desde el balcón a los trabajadores que, enfundados en trajes blancos de protección, erigían estas cercas y protestaban ante la hipótesis de un incendio dado que no podrían salir de sus hogares de ninguna manera.
Algunas de estas vallas se levantaron en complejos residenciales en los que se han detectado positivos y la razón, según las autoridades municipales, es que algunas zonas deben activar un "confinamiento duro" y evitar a toda costa que la gente salga y así evitar nuevos contagios.