Pese a las campañas que alertan de los peligros del móvil al volante, la mitad de los conductores, unos 13 millones, confiesa que lo usa; el 37% que chatea y hasta 600.000 dicen que son incapaces de dejar de mirarlo. Las distracciones con un teléfono provocan al año 390 muertes, el 20% del total.
Estas son las principales conclusiones del primer estudio sobre el impacto de la adicción al móvil en accidentes de tráfico elaborado por la Fundación Línea Directa, en colaboración con el Instituto de Investigación de Tránsito y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia, con las respuestas de más de 1.700 conductores.
Del análisis de los accidentes, la Fundación Línea Directa estima que casi 8.000 siniestros al año están motivados por una distracción con el móvil, en los que fallecieron 390 personas, lo que supone dos de cada diez víctimas mortales en carretera.
Respecto al comportamiento de los conductores con sus teléfonos móviles mientras conducen, el informe revela datos preocupantes, tal y como ha explicado Francisco Valencia, director general de la Fundación, ya que hay un uso bastante generalizado de los dispositivos en el vehículo.
También alarmantes otras cifras: dos millones de automovilistas (el 7%) dice que se han hecho alguna vez un selfie conduciendo y un 9,3 por ciento que ha interactuado en redes sociales.
El perfil del infractor
El perfil del que incurre en estas distracciones es el de un conductor de entre 18 y 24 años que revela que coge el móvil y lo usa sobre todo en atascos, semáforos y cuando entiende que "la vía es segura".
¿Por qué lo hacen? La mayoría responde que lo miran para ver "si tienen algo urgente", pero hay quienes aseguran que lo usan "por costumbre", por "motivos laborales" e, incluso, "por aburrimiento".
Frente a estos datos, Francisco Valencia ha expuesto que el 40 por ciento de conductores, unos 11 millones, confiesa que desconoce la normativa del uso del teléfono al volante, que conlleva una multa de 200 euros y la pérdida de tres puntos del carné.
Sanciones
Unas sanciones que en los últimos cinco años se han disparado: se han impuesto casi un millón de multas y se han retirado 2,8 millones de puntos.
Pero no solo el desconocimiento de la normativa es llamativo, también lo es, según el estudio, la permisividad y la percepción de los conductores sobre el riesgo del uso del móvil, ya que un 38 por ciento tolera que al volante se hable sin manos libres y 9 por ciento cree que conversar no afecta a la conducción. Cerca de un 6 por ciento va más allá al denunciar que las cifras de siniestralidad por esta distracción son "inventadas".
Son los conductores de Murcia, Galicia y Madrid los que admiten una mayor uso de su teléfono mientras conducen, mientras los de Asturias, Extremadura y La Rioja los que menos lo hacen.
Por último, el estudio incluye algunas iniciativas que los propios conductores pondrían en marcha para atajar estas distracciones. Entre ellas, el 90% se muestra partidario de considerar el uso del móvil como un delito cuando se produzca un accidente.
Otras propuestas son hacer controles específicos, retirar el carné a los reincidentes o realizar cursos contra la adicción al móvil.