La sequía está disparando el sacrificio del ganado, haciendo que muchos mataderos estén al borde del colapso. Los ganaderos recurren a esta solución al no poder hacer frente al aumento de los costes para alimentar a sus animales.
A estas alturas del año las vacas de algunas granjas tenían que estar alimentándose de hierba pero no ha crecido por la falta de lluvias.
Es el caso de Carlos, en Colmenar Viejo, tiene unas 30 vacas. Se está gastando más de 300 euros diarios en paja y forrajes. Es, dice, un sobrecoste inviable para su explotación.
Asegura haber vivido con tristeza tener que llevar al matadero a 10 de sus animales para sacrificarlos. Muchas de las vacas aún seguían siendo productivas, afirma.
El trabajo en los mataderos se ha incrementado. Muchos dicen tener lista de espera. La avalancha además hace bajar los precios que perciben los ganaderos. Como se están destinando a carne muchas reses jóvenes no habrá descendencia, lo que creará un problema añadido, aventuran.