Bajamos al subsuelo, al famoso 'túnel de la risa', que une las estaciones ferroviarias de Atocha y Chamartín, bajo el Paseo del Prado y Recoletos, donde estos días se trabaja intensamente para completar su remodelación.
Cerró hace un mes, ya se ha vaciado y han comenzado a instalarse las plataformas para las nuevas vías.
Se trata de un túnel construido en los años 60, fundamental para la circulación ferroviaria en la capital, al que ADIF ha dedicado una inversión de 45 millones de euros para remodelarlo y modernizarlo.
Se cambian las vías, la catenaria y la señalización en un tramo de 7,2 kilómetros de longitud para mejorar su seguridad y su mantenimiento.
Las obras se prolongarán hasta el próximo mes de noviembre, lo que obligará a mantener este otoño las modificaciones en numerosas líneas de Cercanías que han modificado sus trayectos.
Por este túnel, circulaban diariamente 470 trenes y 270.000 viajeros, lo que lo convierte en uno de los puntos de mayor trafico ferroviario en España.