La cafetería Santander en Alonso Martínez baja la persiana después de 52 años sin fallar un solo día. Cuántas historias, citas han presenciado esas paredes, otro lugar mítico de Madrid que dice adiós.
Tradicionales desayunos o las genuinas tortillas de patatas que se servían en esta mítica barra ya están en el recuerdo de los madrileños.
Este jueves hemos comprobado que en el interior del establecimiento ya no quedan mesas ni sillas. Es ya un lugar para el recuerdo.
La familia propietaria traspasa el negocio tras, según dicen, una decisión muy meditada. Una de las razones ha sido el poco apoyo institucional recibido para mantener la terraza. Con una nota se despedían de los que han sido sus clientes. Y ellos lo han agradecido con notas en las enormes cristaleras. Clientes tan conocidos como el modisto Lorenzo Caprile, un habitual de la barra los últimos 12 años.
Dentro de un año volverá a abrir sus puertas con el mismo nombre, pero con otros propietarios.