Embarazada del primogénito del hijo pequeño de Lady Di, la duquesa de Sussex se encuentra lejos de provocar en los británicos la veneración que suscita su fallecida suegra.
La exactriz Meghan Markle, reconvertida en duquesa el pasado mayo tras su enlace matrimonial con el príncipe Enrique, ha sido motivo del más escrupuloso escrutinio por parte de la prensa del Reino Unido desde que saltara a la palestra como futura integrante de la familia real. Ahora la casa real británica anuncia que podrá tomar acciones legales frente a comentarios en las redes sociales.
Desde entonces, las críticas le han llovido por unos u otros motivos pero, en las últimas semanas, estas se han centrado en su embarazo y todo lo que lo ha rodeado. Con motivo de su inminente alumbramiento, previsto para abril, la exactriz estadounidense organizó una fiesta de celebración en Nueva York (EE.UU) el mes pasado. El evento, según ha publicado la prensa británica, tuvo un coste de 500.000 euros. Una cantidad que muchos han tildado de desproporcionada.
Precisamente, durante esa fiesta y según recogió una revista estadounidense, la mujer del príncipe Enrique habría manifestado a sus amigos su intención de criar a su futuro vástago con una "aproximación al género fluida", sin imposiciones de estereotipos de género, como juguetes y colores enfocados a los niños en función de su sexo. Una historia que el palacio de Kensington, residencia oficial de los duques de Sussex y de los duques de Cambridge, se ha apresurado a desmentir este sábado.
Samantha, que ha acusado de "trepa" en numerosas ocasiones a Meghan, volvía al ataque esta semana en un documental emitido en la cadena Channel 5 titulado 'Meghan y los Markles: Una Guerra de Familia' en el que afirmaba que su hermanastra trata al padre de ambas con "frialdad".
Además de los problemas con su familia de sangre, Meghan ha sufrido también encontronazos con sus asistentes, dos de las cuales decidieron no continuar trabajando para ella a finales del año pasado por, supuestamente, su fuerte carácter. Su relación con la duquesa de Cambridge tampoco se libra de las especulaciones de que no es buena y cada encuentro