Antes de 'La lista de Schindler' nunca los horrores del Holocausto se habían contado con tanta crudeza en el cine. Se cumplen 25 años del estreno de la célebre película de Steven Spielberg, basada en la historia de un hombre justo, un alemán que aunque pertenecía al partido nazi, llegó a salvar a 1.200 judíos de las cámaras de gas. Ahora la película vuelve a los cines remasterizada.
A Spielberg le costó convencer a los estudios para rodar en blanco y negro, como una vida sin luz. Y en la oscuridad, una niña con un abrigo rojo. Mientras, el protagonista observa la barbarie: el éxodo de judíos del gueto de Cracovia. Una escena icónica y un símbolo para el director: ante la masacre, el mundo miró hacia otro lado.
Para muchos, su gran logro fue ponernos delante y en pantalla grande uno de los episodios más atroces de la historia, pero más que en las estadísticas, se centró en las personas, en sus historias. Y ante el horror colocó la esperanza; ante la tiranía, la solidaridad: la de un empresario del Parido Nazi que salvó a miles de judíos de acabar en campos de concentración.
Más de tres horas de película, crudeza y emotividad, una banda sonora estremecedora de John Williams y muchos mensajes inolvidables. Pidió a los profesores de todo el mundo que enseñaran a sus alumnos el horror del holocausto. Es la película por la que querría ser recordado.