La situación de Neymar en el París Saint-Germain es cada vez más insostenible. Su deseo de marcharse, su falta de compromiso y profesionalidad demostrada al volver tarde de las vacaciones, sus continuas fiestas y viajes a Brasil y sus desplantes al cuerpo técnico han acabado por hartar a los aficionados parisinos.
La gota que ha colmado el vaso llegó el pasado viernes, con el estreno del PSG en la Ligue 1 contra el Nîmes. A pesar de que el astro brasileño no estuvo convocado para el partido por unas pequeñas molestias que todavía arrastra de su lesión, acabó convirtiéndose en el protagonista del encuentro.
Los hinchas del club presidido por Nasser Al-Khelaïfi la tomaron con el exjugador culé y, durante el partido, cantaron en numerosas ocasiones "Neymar hijo de puta" en castellano, acompañado de otros insultos. También mostraron pancartas dedicadas al jugador sudamericano con el mensaje "Neymar, lárgate".
Guerra entre Madrid y Barcelona
El diario francés Le Parisien ha asegurado que el París Saint-Germain exige, como mínimo, 200 millones de euros por Neymar, una cantidad cercana a los 222 millones que pagaron por el jugador al Barcelona hace dos temporadas. "Molesto por las ganas de irse de Neymar, Catar, propietario del PSG, quiere mucho dinero a cambio", recalca el medio.
Estas cantidades acercan al jugador al Real Madrid. De hecho, por iniciativa del entorno del brasileño, ya hubo una primera toma de contacto con el equipo español antes del verano, que no prosperó. Aunque los dirigentes madridistas apuntaban a Pogba o a Mbappé, Florentino Pérez siempre ha sentido predilección por Neymar.
Desde el club de Concha Espina han mantenido frecuentes contactos con el padre del jugador y podrían incluir jugadores en la operación, como Gareth Bale, James Rodríguez o Isco. El F.C. Barcelona también ha tratado de incorporar al brasileño incluyendo a jugadores como Coutinho en las negociaciones, aunque la tensa relación entre ambos clubes no facilita el acuerdo.
Sin mencionar ningún club, el director deportivo del PSG, Leonardo de Araujo, ha anunciado que, aunque hay conversaciones "más avanzadas que antes, esto no significa que haya un acuerdo". "Ya veremos qué pasa. Todos necesitamos que el futuro se defina", dijo en un encuentro informal con periodistas.