Las máscaras, mascarillas, ya no son sólo cosa del carnaval, han pasado a formar parte de nuestras vidas, aunque no por diversión. Nada más lejos. El coronavirus ha obligado a cancelar la celebración del carnaval y que se lo digan a las tiendas de disfraces, que por estas fechas deberían estar hasta arriba, y hoy por hoy están vacías.
El sector de los disfraces es uno de los más afectados por el coronavirus y la parte de los disfraces es la que más está sufriendo al suspenderse los carnavales, uno de los momentos más importantes para las ventas junto con Halloween y Navidad.
No obstante, la parte infantil es la que está ayudando un poco a las tiendas que se dedican a las fiestas, y hay muchas peticiones online.
Gracias a los niños
Carolina Céspedes, propietaria de la tienda de disfraces Barullo, dice que “las campañas más fuertes que son Halloween y Carnaval, las fiestas de mayores están canceladas y nos ha afectado bastante”.
Las tiendas han tenido que adaptarse “buscar productos que se demandan ahora, para hacer fiestas en casa, por ejemplo, cumpleaños, fiestas infantiles, lo estamos potenciando más para no notar este golpe tan fuerte”, dice.
Los niños están dando alegrías al sector, según Matilde Sanz, socia de Tiendas Maty. “Nos está ayudando muchísimo el hecho de que los colegios, benditos colegios, todavía tengan el ánimo para hacer que los niños sufran esto lo menos posible y sigan celebrando con sus disfraces un carnaval”.