Desde este miércoles a las 22.00 hora local, los extranjeros tendrán prohibida la entrada en Israel, y los israelíes o residentes con permisos especiales que retornen serán trasladados forzosamente a hoteles, donde deberán pasar dos semanas de cuarentena.
El encierro se podrá acortar a diez días si demuestran dos pruebas PCR negativas, separadas por al menos 24 horas y que se tendrán que hacer en centros donde puedan llegar y practicarla sin salir de sus vehículos.
Así lo estipulan las medidas implantadas por el Gobierno de Benjamín Netanyahu para tratar de impedir la expansión en el país de la variante del coronavirus localizada en el Reino Unido.