Ante este calor extremo hay personas especialmente sensibles niños , enfermos t mayores, en las residencias de ancianos se activa un protocolo especial para evitar la deshidratación que es el principal peligro.
Toca beber aunque no tengan sed. Son los más vulnerables al calor. Teresa, a punto de cumplir 100 años, ha dado con la clave: la hidratación.
Las residencias públicas están pendientes de las altas temperaturas y extreman los cuidados.
De esta manera han reducido los ingresos hospitalarios. Aunque para estos mayores, con tanta experiencia a sus espaldas, las olas de calor ya no les asustan.
Con las altas temperaturas pueden llegar a tomar más de cinco medicamentos.