La Confederación Española del Transporte de Mercancías (CETM), la Federación Nacional de Asociaciones del Transporte de España (Fenadismer) y la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic) pidieron este martes al Gobierno que tome medidas ante el "caos" generado en las carreteras francesas por las protestas en contra de la subida de los impuestos a los carburantes.
En un comunicado, la CETM explica que tras tres jornadas con múltiples incidentes en las carreteras de Francia con bloqueos en las principales vías de circulación y de estaciones de suministro, la situación este martes no ha mejorado y continúan las retenciones en los puntos neurálgicos del transporte internacional. "Hasta la fecha, nuestros conductores se encuentran atrapados en varios bloqueos, en condiciones infrahumanas, tirados en las cunetas, y sin poder cumplir su misión de transportar bienes y suministros", denuncia esta organización.
Por ello, solicita la intervención del Gobierno español ante su homólogo francés para "exigirle que actúe de forma urgente para normalizar la situación en las carreteras francesas y garantice la libertad de movimiento de personas y mercancías".
En la misma línea, en una nota de prensa, Fenadismer denuncia la pasividad y complicidad de la gendarmería francesa en los bloqueos a carreteras que mantienen los "chalecos amarillos" e insta al Ministerio de Asuntos Exteriores a que "actúe inmediatamente ante la situación de "precariedad personal" en que se encuentran los transportistas atrapados". "Si bien Fenadismer respeta el derecho a manifestarse, ello no puede ser a costa de utilizar como "rehenes" a miles de transportistas y de conductores que no tienen responsabilidad alguna sobre los motivos de la protesta, más aún cuando la gendarmería francesa no está actuando para garantizar el derecho fundamental a la libre circulación, lo que denotaría una cierta complicidad con los manifestantes", añade.
Por último, Astic demanda el cumplimiento de la ley en el marco de la libre circulación de personas y mercancías por todo el territorio europeo, incluido el país galo y muestra su oposición "a cualquier tipo de barrera al transporte por carretera en Francia, ya que limita la circulación a los cerca de 20.000 camiones que atraviesan Los Pirineos cada día".
LOS CHALECOS AMARILLOS PREPARA UNA NUEVA MANIFESTACIÓN EN PARÍS
Las protestas de los conocidos como "chalecos amarillos" contra el aumento de los impuestos a los carburantes continúan hoy en Francia, donde volvieron a registrarse bloqueos en carreteras y refinerías, y sus portavoces convocaron una gran concentración en la capital este sábado.
Chantal Lapuerta, una de las portavoces del movimiento que se organizó en todo el país a través de redes sociales, confirmó hoy en el diario "Le Figaro" que muchos de los manifestantes viajarán a París el próximo 24 de noviembre "si (el presidente, Emmanuel) Macron no se pronuncia sobre el precio de los carburantes".
En Facebook, 143.000 usuarios se han mostrado ya "interesados" por el evento que da cita a los "chalecos amarillos" en la plaza de la Concordia de París entre las ocho y las once de la mañana, para marchar hacia el Elíseo. "Hay que dar el tiro de gracia e ir todos a París por todos los medios posibles (compartir coche, tren autobús, etc...)", indicó el mensaje en la red social, a través de la cual se organizaron los bloqueos el pasado 17 de noviembre.
El portavoz del Ejecutivo, Benjamin Griveaux, reiteró esta mañana en una entrevista en "RMC" que no dará marcha atrás en la fiscalidad del combustible y retomó las palabras del primer ministro, Édouard Philippe, que aseguró ayer "haber escuchado" el descontento popular. "Piden poder vivir decentemente de su trabajo, que sus hijos vivan mejor que ellos, es por eso que preferimos poner impuestos en el carburante y no en el trabajo y hemos puesto en marcha dispositivos para acompañarles porque la transición ecológica es difícil", dijo Griveaux.
La protesta de los "chalecos amarillos" -en alusión a la prenda fluorescente que portan los manifestantes, obligatoria en la carretera-, que comenzó por el alza tributaria sobre los carburantes para financiar la transición energética, se ha extendido rápidamente ante la falta de poder adquisitivo en general.