Ocho días después de la primera erupción, la actividad del volcán de La Palma despista. Durante la mañana de este lunes la erupción ha sido intermitente, el volcán ha parado por momentos, aunque luego se ha reactivado. Mientras tanto, el río de lava se acerca al mar, está a menos de un kilómetro del océano en la costa de Tazacorte. Y ya hay barrios confinados en este municipio ante el riesgo de que el contacto con el agua provoque la emisión de gases tóxicos.
La iglesia de Todoque no resistió
Mientras, sigue la destrucción por la lava. Se había convertido en un símbolo de resistencia, pero la lava finalmente derrumbó el campanario y la iglesia de Todoque. Los bomberos habían tratado de salvarla abriendo zanjas y poniendo vallas, pero el irremediable avance de la colada ha hecho desaparecer lo que era ya un icono de La Palma.
Este lunes el volcán daba una tregua con el cese de su actividad, no expulsaba lava, ni ceniza y se podían grabar imágenes del cráter con limpieza del cielo. Pero, apenas dos horas después volvían las explosiones y la columna de cenizas y gases brotaba de nuevo.
Se trata de "una fase de descanso", según los científicos que llegaron a barajar un taponamiento del cráter. Sin embargo, la actividad sísmica se ha reactivado y se ha desplazado al sur, con 16 terremotos localizados en la zona norte de Fuencaliente.
Emisión de gases peligrosa
Este lunes la lava podría llegar al mar ya que la separa tan sólo un kilómetro. Su contacto con el agua provocaría una emanación de gases peligrosa para el ecosistema marino y para la salud, por eso los barrios cercanos han sido confinados.
La colada de lava que destruye casas y cultivos, en cualquier caso, aún no se ha detenido y ya ha derribado varios iconos de la isla.
Bomberos y UME siguen trabajando sin descanso en las zonas más dañadas y mientras, el aeropuerto de La Palma recupera su actividad. Ya se han comenzado a operar vuelos comerciales.