Podría tratarse del guion de una película de Woody Allen, pero lo que ocurrió en un establecimiento de Badalona no es ficción.
Las cámaras del comercio recogían el momento en el que una ladrona, cuchillo en mano, intenta perpetrar un atraco.
A pesar de las dimensiones del cuchillo cebollero, las intenciones de la ladrona no parecieron contundentes para el dependiente que, banqueta en mano, trató de bajarle los humos a la atracadora.
Y lo consiguió. Tras proferirle una serie de amenazas de libro, "te clavo el cuchillo... Te mato", al verse intimidada, la mujer reculó con un lacónico y poco argumentado "Me voy porque me voy", al que añadió una dosis de drama, "me está entrando un ataque de ansiedad", momento en el cual salió del establecimiento sin consumar el atraco.
Afortunadamente todo quedo un susto más propio de una de risa de serie B que de un trhiller.