El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, prometió este martes en su primer discurso tras jurar el cargo que liberará al país de las "amarras ideológicas", con un pleno respeto "a las religiones y a las tradiciones judeo-cristianas".
Bolsonaro llegó a la sede del Congreso de Brasil para tomar posesión del cargo aclamado por decenas de miles de seguidores en las calles de la capital y ovacionado por la mayoría de los parlamentarios en el hemiciclo.
El líder de la ultraderecha brasileña, Jair Messias Bolsonaro, juró hoy ante el Congreso como nuevo presidente constitucional de la República Federativa de Brasil para los próximos cuatro años.
El yugo de la corrupción
"Convoco a cada uno de los congresistas a ayudar en la tarea de liberar definitivamente al país del yugo de la corrupción, de la violencia, de la sumisión ideológica", declaró Bolsonaro, líder de la ultraderecha brasileña, ante el pleno del Parlamento.
Según Bolsonaro, su Gobierno representará una "oportunidad única de rescatar al país de las amarras ideológicas" y para "combatir la ideología de género" y otros trazos que, en su opinión, imprimieron en la sociedad y la política los anteriores Gobiernos de los progresistas Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff.
"Vamos a unir al pueblo, a darle valor a las familias, a respetar las religiones y las tradiciones judeo-cristianas", aseguró en un discurso de escasos diez minutos el nuevo presidente de Brasil, un capitán de la reserva del Ejército que se comprometió también a promover los "valores" más conservadores de la sociedad.
Una ceremonia por todo lo alto
A la ceremonia, celebrada en el hemiciclo del Senado, asistieron los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Chile, Sebastián Piñera; Honduras, Juan Orlando Hernández; Paraguay, Mario Abdo Benítez, y Uruguay, Tabaré Vázquez.
Asimismo, estaban presentes los primeros ministros de Israel, Benjamín Netanyahu; Hungría, Viktor Orbán, y Marruecos, Saadedine Othmani, así como los presidentes de Portugal, Marcelo Rebelo de Souza, y Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca, entre otras autoridades.
Tras prestar juramento como nuevo presidente de Brasil y pronunciar su primer discurso ante el Parlamento, Bolsonaro se dirigió al vecino Palacio de Planalto, la sede del Gobierno, donde recibió la banda presidencial de manos del gobernante saliente, Michel Temer.
Sin división
En un segundo discurso ante miles de personas congregadas frente al palacio presidencial, Bolsonaro, reafirmó su compromiso de gobernar "sin discriminación o división". "Reafirmo el compromiso de construir una sociedad sin discriminación o división", afirmó Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército que ganó las elecciones del pasado octubre con un 55 % de los votos.
El nuevo mandatario, polémico por sus declaraciones de corte racista, machista y homófoba, dijo que impulsará el desarrollo de "buenas escuelas" con el fin de preparar a las nuevas generaciones para "el mercado laboral, y no para la militancia política".
Igualmente, prometió que durante su mandato atenderá a los brasileños que "desean conquistar por mérito buenos empleos y sustentar sus familias" y que "exigen" salud, infraestructuras y "respeto de los derechos fundamentales".
A quienes sacrifican sus vidas
"Orden y progreso, ninguna sociedad se desarrolla sin respetar esos preceptos", expreso Bolsonaro en alusión al lema inscrito en la bandera de Brasil.
También afirmó que honrarán en su Gobierno a "aquellos que sacrifican sus vidas en nombre de la seguridad", en referencia a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. "Ellos se lo merecen y deben ser respetados", añadió.
Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura militar (1964-1985), indicó además que las Fuerzas Armadas "tendrán las condiciones necesarias" y mantendrán su "capacidad" para "resguardar la soberanía nacional y las fronteras" del país.
El nuevo gobernante ha constituido para los cuatro años de su mandato un gabinete cívico-militar con cinco representantes de las Fuerzas Armadas y otro cuatro con formación castrense.