El Gobierno británico ha pedido a sus ciudadanos que no se sumen a esa largas filas para dar el último adiós a la reina Isabel II. Las colas supera los 6 kilómetros de largo con un tiempo de espera de más de 14 horas hasta alcanzar Westminster y la sala donde se honran los restos de la soberana británica.
La propia Policía de Londres ha reconocido que lleva a cabo el mayor despliegue de seguridad de su historia, a la espera de que el lunes lleguen reyes, presidentes y primeros ministros de todo el mundo.
En uno de los actos más solemnes hasta ahora tras la muerte de Isabel II, sus cuatro hijos, encabezados por el nuevo rey Carlos III, velaron este viernes el féretro de su madre en Westminster.
Carlos III, Ana, Andrés y Eduardo, inmóviles y en uniforme de gala, custodiaron durante cerca de 15 minutos los cuatro costados del ataúd, en la conocida como "vigilia de los príncipes", una tradición que se inició con la muerte en 1936 de Jorge V y que estaba hasta ahora vetada a las mujeres.
En 2002, cuando murió la reina madre, Carlos, Andrés y Eduardo estuvieron acompañados en la vigilia por su primo el vizconde David Linley, mientras que Ana quedó apartada.
Antes centrarse en el funeral de Isabel II que se celebrará el próximo lunes, Carlos III concluyó este viernes en Gales la gira que le ha llevado por primera vez como rey a las cuatro naciones del Reino Unido. "Gales tenía un lugar especial reservado en su corazón", refiriéndose a su madre.
Carlos III fue desde 1958 príncipe de Gales, título que ha utilizado tradicionalmente el heredero a la Corona británica y que ahora ha pasado a su primogénito, el príncipe Guillermo.