El Museo Británico ha iniciado una carrera contra el tiempo para recuperar valiosas piezas robadas por un miembro de la plantilla durante años, en lo que se considera ya el mayor incidente de seguridad en más de una década.
El trabajador ha sido despedido y la Policía Metropolitana investiga el caso, la prioridad más urgente es hallar las piezas antes de que salgan del país, o incluso de que sean destruidas.
La prestigiosa institución no ha revelado la cantidad de piezas sustraídas, tampoco su procedencia ni el abanico temporal en que se pudo cometer la fechoría. Tan solo ha informado de que se trata "en su mayoría" de piezas pequeñas que se guardaban en el almacén de una de sus múltiples colecciones.
El desaparecido alijo incluye artículos de joyería, cristal y gemas de los siglos XV AC al XIX DC, que no se habían expuesto al público recientemente.
"Se conservaban principalmente para fines académicos y de investigación", señala la declaración oficial.
Un experto en la Grecia Antigua
El empleado despedido por el Museo Británico tras la detección de piezas robadas y dañadas es uno de los expertos del museo en la Grecia Antigua, especialista en escultura griega y el periodo helenístico, que llevaba treinta años trabajando en la institución.
Si bien el nombre del empleado no ha sido comunicado oficialmente, tanto The Times como The Telegraph señalan como la persona acusada de esas sustracciones a Peter Higgs, doctorado en arqueología de 56 años, que comenzó a trabajar allí en 1993 y ha escrito las guías que han acompañado a algunas de las grandes exposiciones organizadas por el Museo Británico en los últimos tiempos.
Uno de sus hijos, Greg Higgs, de 21 años, declaró a ambos diarios que su padre está "devastado" y defendió su inocencia.
El Museo Británico ha detallado que la división de delitos económicos de la Policía de Londres está llevando una investigación sobre les hechos, en la que no se han llevado a cabo arrestos hasta ahora, y avanzó que iniciará medidas legales contra el individuo al que consideran responsable de los robos.
"Inusual" pero no inédito
El Museo Británico ha calificado lo sucedido como "un robo muy inusual", sin embargo esta no es la primera vez que diferentes objetos de valor son sustraídos de sus salas.
Una sortija de diamantes, de Cartier, se "perdió" en 2011 pero el museo comunicó el incidente seis años después.
De igual o mayor envergadura fue el robo de quince reliquias chinas, datadas del año 700 al siglo XIV, entre las que había horquillas de pelo, pendientes y otras delicadas joyas. Sucedió en 2004 y con el suntuoso edificio de Bloomsbury abierto al público.
Dos años antes, un visitante se apropió de una cabeza de mármol, de unos 12 centímetros, cuando el guarda salió de la sala donde estaba expuesta.