Sara Baras es pura energía y el parón obligado por la pandemia no ha hecho más que intensificar su ansia de movimiento. El Teatro Rialto acoge desde este jueves y hasta el 12 de octubre 'Sombras', un espectáculo con el que Sara Baras ha recorrido España, América Latina y Asia, y con el que obtuvo en Londres el prestigioso premio Olivier de Danza.
La bailaora Sara Baras asegura que, después de tantos años de carrera, volver a la Gran Vía y ver su nombre en un cartel luminoso le sorprende, le pone "nerviosa", y asegura que siente la misma emoción que cuando empezaba. "En el baile, la fuerza no me suele fallar pero la emoción se me concentra en la garganta".
No quiere fallar, se siente muy bien rodeada por su compañía, pero con la responsabilidad de asumir nuevos riesgos con el objetivo de "crear las noches mágicas que crea el flamenco" y poderlo compartir con el publico: "Tenemos mucha fuerza que repartir".
Asegura que la esencia de 'Sombras' "sigue siendo la misma" aunque han limado detalles: "Cuidarlo todo para que quede redondo".
Disfruta bailando la farruca porque le ha marcado mucho y le ha enseñado que no se tiene que "bailar sufriendo". "No tienes que sacar la parte negativa del sacrificio de un bailarín, lo puedes hacer de una manera suave y bonita, sin que pierda el carácter", remarca.
Aunque el parón obligado por la pandemia fue duro, regresa con 'Sombras', al que seguirá antes de final de año 'Momentos'. A continuación estrenará un nuevo espectáculo en el Festival Icónica Sevilla Fest, que aunará flamenco y la música clásica que concibió junto al tenor José Carreras. "La vuelta está siendo tremenda. Estamos deseosos de bailar y crear".
Asume la responsabilidad de liderar una compañía privada, que ha cumplido 25 años, "que se mantiene gracias al público, al que nunca agradeceré lo suficiente su apoyo".