El eurodiputado de la ultraderechista Liga Angelo Ciocca recuperó los papeles que había leído el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovivi, al censurar hoy el presupuesto de Italia, los puso sobre una mesa, tomó uno de sus zapatos con la mano y los pisoteó ante la prensa.
"He pisoteado con una suela 'Made in Italy' la montaña de mentiras que Moscovici ha escrito contra nuestro país", dijo el Ciocca de esa formación euroescéptica del Gobierno italiano en la red social Twitter. "Italia merece respeto y estos 'euroimbéciles' lo tienen que entender. ¡No bajemos más la cabeza! ¿He hecho bien?", agregó Ciocca en su mensaje, que acompañó con un vídeo de la inusual escena.
La Comisión Europea (CE) pidió hoy a Italia un nuevo borrador de los presupuestos para 2019, al constatar que incumple las normas y que el Gobierno de Roma no ha respondido a sus preocupaciones, en un rechazo de las cuentas sin precedentes en la Unión Europea (UE).
Las cuentas propuestas por Roma incluyen un aumento del déficit hasta el 2,4 % del PIB en 2019, el triple de lo planteado por el anterior Gobierno italiano y lejos del ajuste estructural que recomendó Bruselas, y según la Comisión incumplen, además, las reglas de reducción de la deuda pública, que en Italia supera el 131 por ciento del PIB.
Moscovici había comentado minutos antes en esa misma rueda de prensa celebrada en Estrasburgo (noreste de Francia), al anunciar la decisión, que el Ejecutivo comunitario no está "frente a un caso que roce los límites", sino "ante una desviación clara, asumida e incluso reivindicada por algunos".
El eurocomisario instó a las autoridades italianas a enviar el nuevo presupuesto lo antes posible e insistió en que Bruselas "no pone en cuestión las prioridades del Gobierno italiano", sino el "impacto presupuestario" de las políticas sobre los ciudadanos.
El vídeo de la noticia se difundió rápidamente por Twitter y el propio comisario reaccionó en respuesta a un comentario del corresponsal del diario español "El País" Bernardo de Miguel describiendo la actitud de Ciocca como antidemocrática."Creía que se trataba de un trabajador del Parlamento que recuperaba mis notas. ¡No, era un diputado! Los que destrozan los textos y las decisiones a golpe de zapato no respetan ni las reglas, ni las instituciones ni la democracia. Ni siquiera respetan su función", escribió Moscovici.