Tres personas han fallecido y 11 están heridas como consecuencia de una "brutal" explosión de gas ocurrida diez minutos antes de las tres de la tarde en el edificio parroquial de la Iglesia de La Paloma, ubicado en el número 98 de la calle Toledo de Madrid.
Una doble explosión que se ha escuchado a kilómetros de distancia ha destrozado el edificio, que seguía en llamas casi cuatro horas después del suceso, y ha costado la vida a tres varones, dos viandantes y un electricista, feligrés de la parroquia que había acudido a arreglar la caldera. David Santos, de 35 años, padre de cuatro hijos y miembro de la comunidad del Camino Neocatecumenal, había acudido a petición de los sacerdotes a revisar la caldera, que funcionaba mal desde hace días. Durante horas se le dio por desaparecido.
La tragedia podría haber sido mucho mayor, dado que el edificio alberga la residencia de varios sacerdotes, locales parroquiales y de Cáritas, y sobre todo porque colinda con una residencia de ancianos y un colegio, pero tanto los residentes como los niños han resultado ilesos.
Además, según las fuentes de Emergencias, hay 11 heridos. Uno de ellos es uno de los sacerdotes, Rubén Pérez de Ayala de 36 años, vicario parroquial que ha sido trasladado al hospital La Paz con quemaduras de carácter grave, y que estaba siendo intervenido quirúrgicamente esta noche según el propio Arzobispado.
Otras tres personas han sido derivadas a otros centros hospitalarios con lesiones menos graves: un hombre de 53 años con traumatismo craneoencefálico y pronostico leve al hospital Ramón y Cajal, un hombre de 29 años al Clínico San Carlos con fractura de peroné y pronóstico reservado y un varón de 27 años con una herida en el tobillo a la Fundación Jiménez Díaz para realizarle una exploración completa.
La explosión, descrita como "brutal" por los testigos presenciales y que ha causado el derrumbe de parte del edificio, ha afectado a al menos cuatro plantas del centro parroquial de la Iglesia de la Virgen de la Paloma, en el que hay despachos, un centro de acogida de Cáritas, que estaba cerrado en ese momento, ocho salas de reuniones, un salón y tres viviendas para sacerdotes.
A causa de la explosión han sido evacuados varios inmuebles colindantes, entre ellos el colegio La Salle La Paloma, situado a espaldas del lugar del siniestro, y el geriátrico Los Nogales La Paloma, ubicado en el edificio contiguo al parroquial y cuyos 56 residentes han sido trasladados a otros centros de la cadena en Paseo Imperial y el Paseo de los Pontones.
El Samur Social también ha trasladado a seis personas de tres familias del edificio colindante que ha resultado afectado y que hoy pasarán la noche en recursos municipales a la espera de que se les comunique si pueden volver o no a sus casas.
La nieve que tantos problemas ha causado en Madrid durante los últimos días ha ayudado al "milagro" de que ningún niño haya resultado herido, según ha explicado a Efe Carlos Ruiz, padre de Jimena, una alumna del colegio. El patio del centro, ubicado justo detrás del inmueble, ha acabado lleno de escombros pero nadie ha resultado herido. "Lo milagroso ha sido que gracias a la nieve no había niños en el patio", ha contado Carlos. Jimena ha añadido: "Tenía mucho miedo, todo el mundo estaba gritando asustado y decían que saliéramos corriendo, los profesores y las cuidadoras del comedor nos ayudaron a salir".
Según Emergencias Madrid, todo apunta al gas como causa de la deflagración, un aspecto que ha confirmado en el lugar el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, quien ha explicado que el origen podría ser una explosión en las viviendas de la parte superior del edificio, unos detalles que intentan aclarar los bomberos del Ayuntamiento, que ya han controlado la situación pero que todavía no han podido acceder al epicentro de la explosión, acordonado por la Policía Nacional.
"Ha sido brutal, estaba cruzando el semáforo de enfrente y hemos oído una explosión increíble, nos hemos girado y el edificio ya estaba destrozado", cuenta a Efe Lucía Higuera, una de las testigos del siniestro, que ha dejado a su paso tabiques caídos, agujeros en el tejado y ventanas reventadas, que vecinos y transeúntes se afanaron por retirar de la vía para que pudieran acceder rápidamente los equipos de emergencia, que acudieron con mucha rapidez al tener un cuartel de bomberos a pocos metros y una comisaría muy cercana.
La explosión retumbó en un radio de un kilómetro, sacudiendo los cimientos de los edificios, muchos de ellos con más de un siglo de vida, pues se trata de una zona muy castiza, cercana a la Plaza Mayor y que pilota en torno a la iglesia de la patrona de Madrid y las ensortijadas callejuelas que desembocan en dos vías principales: la calle de Toledo y la Gran Vía de San Francisco.
El papa Francisco ha lamentado la "grave" explosión de gas ocurrida en Madrid. "El Santo Padre, tras conocer la dolorosa noticia de la grave explosión ocurrida en un edificio de la calle Toledo, en Madrid, desea hacer llegar a vuestra eminencia, al clero y a todos los hijos de ese amado pueblo su cercanía y afecto en estos duros momentos", se lee en el telegrama. "Su Santidad eleva oraciones al Señor y encomienda muy especialmente a su misericordia el eterno descanso de las víctimas, así como a los heridos y a sus familias".
Una vez cortado el gas, en la zona y apuntalado el edificio los bomberos han anunciado que a partir de primera hora de este jueves, se procederá a realizar una revisión de los daños en el edificio siniestrado y los colindantes y a la demolición controlada con grúas de las plantas siniestradas, tarea que se prolongará durante varios días.