Terminan los contratos municipales de sus míticos quioscos de la Dehesa de la Villa.
Este domingo cierra el único que quedaba en pie, la Paloma. Ha estado abierta 47 años. Nosotros nos hemos acercado a conocer su historia.
Así era La Paloma y así es hoy, a punto de cerrar sus puertas. Entre medias, 47 veranos. Lo recuerda Simón González, su propietario. Lo abrió en 1972 con su mujer, recién salido de la mili.
Por aquel entonces era una simple barra con poca cocina: tortillas, gazapitos, chuletas y bocadillos.
Siempre ha sido un lugar de reunión familiar.
Su jubilación coincide con el fin de la concesión municipal. Tras casi medio siglo al pie del cañón se despide con una reivindicación.