La falta de agua en España, la sequía, el aumento de los usos y el de las temperaturas, ponen en riesgo la flora y fauna de España. Es el caso del Delta del Ebro.
Se trata de un auténtico paraíso costero. En sus más de 320 kilómetros cuadrados alberga una rica diversidad de hábitats, especies botánicas y fauna.
Una diversidad que ahora está en peligro por una combinación, dicen, de mala gestión y por el cambio climático que está aumentando el nivel del mar.
Más del 90% de los sedimentos que arrastra el Ebro y que fertilizarían los arrozales no llegan al mar por la construcción de más de 70 presas. Eso hace que el Delta se hunda gradualmente amenazando no solo la naturaleza sino la economía.
Los habitantes ribereños piden a las administraciones actuar de inmediato. Además de la gestión hidrográfica, el cambio climático también ha hecho mella en el cultivo del mejillón en el esta parte del Ebro.
La temperatura del agua ha aumentado hasta los 30 grados. El calor ha hecho que se muera la cría de mejillón para la temporada que viene y más de 150.000 kilos de mejillón comercial.