La Guardia Civil recurre a las patrullas a caballo para acceder a los lugares más recónditos de la montaña con tal de prevenir incendios. Retiran latas, ramas o cristales para evitar llamas fortuitas.
Siempre es mejor prevenir que curar, pero hay determinados incendios, los más peligrosos de hecho, que se producen de manera intencionada.
Para inspeccionar zonas que son inaccesibles para los vehículos, tiran de Negociado y Educado, por ejemplo, que son dos miembros del escuadrón a caballo de la Guardia Civil.
De esta manera, tanto caballos como jinetes se unen a la causa, siendo parte del grupo de efectivos que vigilan montes como el de la Pedriza para prevenir incendios.