Desgraciadamente, el número de muertos y heridos en los terremotos aumentará mucho. De hecho, la ONU calcula que la cifra final superará los 50.000 fallecidos, más del doble de lo que arrojan ahora las cifras oficiales.
Todavía se sigue rescatando a personas con vida. Cudi, de diez años, ha estado atrapado 147 horas bajo los escombros de su casa en Hatai. Pero ya es prácticamente imposible, a casi una semana del terremoto, que haya más supervivientes.
Algo que tiene conmocionado y maravillado al mundo es la resistencia de los niños en medio del desastre. Muchos han sido rescatados con vida, como este pequeño de dos años en Alepo. O esta pareja, con la hermana mayor protegiendo a su hermano con el brazo durante días. O este pequeño, rescatado por soldados la Unidad Militar de Emergencia española. O esta niña a la que su padre abraza recién sacada de entre los escombros. O la bebé rescatada aun unida a su madre por el cordón umbilical, y a la que todo el mundo quiere adoptar.
En algunas regiones de Turquía las labores de búsqueda de supervivientes ya se han interrumpido, mientras comienza a llegar la ayuda internacional, incluida la Siria opositora al régimen de Bashar Al-Asad.
Las condiciones en las que los supervivientes aguantan son extremas, como es el caso de los vecinos de la ciudad turca de Pazarcik. “Necesitamos tiendas de campaña, dice Dúran, con las que al menos podríamos protegernos del frío. Nos estamos congelando. Tenemos niños”.