El primer cayuco del año llegó el 1 de enero a la playa de Las Galletas, en Tenerife, con 71 personas a bordo, incluidos dos fallecidos. Otros dos migrantes fueron trasladados al hospital, según fuentes oficiales.
Miles de cayucos han alcanzado las costas de Canarias y Baleares durante 2024. Tras su llegada, las embarcaciones deben ser destruidas, un proceso obligatorio que no permite la reutilización de sus componentes.
El Gobierno de Pedro Sánchez destinó más de 160.000 euros en 2024 para desmantelar las embarcaciones llegadas a las islas.
En Canarias, el coste superó los 64.000 euros, mientras que en Mallorca se adjudicaron contratos por más de 55.000 euros y en Ibiza y Formentera por más de 40.000 euros.
Actualmente, en Canarias permanecen al menos 300 embarcaciones pendientes de destrucción, según datos oficiales. El procedimiento comienza con la retirada de los motores para evitar su reutilización y se realiza a través de adjudicaciones específicas.
El gobierno reconoce que es imposible conocer el coste real del servicio y en su memoria justificativa, el Ejecutivo de Sánchez admite la “insuficiencia de medios” para hacerlo.