Rusia sigue implacable su ofensiva en Ucrania, a pesar de la resistencia que ofrece el Ejército ucraniano. Desarrolla ataques en la región del Donbás, en el este, en algunos puntos del sur, y en Jarkov, en el noroeste. Desde allí llegan imágenes muy duras. En el plano diplomático, el papa podría visitar Kiev en agosto, según ha confirmado El Vaticano.
El objetivo inmediato del Ejército ruso es la ciudad de Siverks, paso previo para iniciar la ofensiva sobre otras dos ciudades, Slovianks y Kramators, los principales bastiones de Ucrania en la región de Donestk. Las tropas ucranianas aguantan como pueden.
Sergei Haidai, el gobernador de la región, asegura que lo que los rusos no pueden conquistar, lo destruyen.“Los orcos, dice, refiriéndose a los soldados rusos, lo destrozan todo”. Seis personas han resultado heridas en la explosión de un misil sobre un edificio de Jarkov, la segunda ciudad del país y objetivo constante de los bombardeos rusos. “Aunque soy rusa de nacionalidad, dice Valentina Migoroskaya, los mataría”.
En el plano diplomático, el presidente Zelensky ha despedido a los embajadores de Alemania, India, Republica Checa, Noruega y Hungría. Se ha limitado a decir que son rotaciones normales. Lo cierto es que, desde hace semanas, las relaciones de Kiev con Alemania, que depende mucho del gas ruso son, como poco, tirantes.
EEUU reclama a China que condene la agresión rusa. “Nos preocupa, dice el secretario de Estado, Blinken, el alineamiento del Gobierno chino con el régimen de Putin”. El papa podría viajar a Kiev en agosto. Según El Vaticano, la visita podría tener resultados positivos.
Y Ucrania resiste. 10.000 soldados ucranianos han comenzado a recibir entrenamiento militar en Reino Unido como parte de un programa destinado a ayudar a Kiev contra la invasión. “Me he tomado mi tiempo, dice este soldado, para poner a salvo a los míos. Ahora estoy listo para proteger lo que me es más valioso”. Entre otras cosas, se les entrena en tácticas de vigilancia y manejo de armas.