Salto cualitativo de las bandas latinas, que ya operan no sólo como grupos de pandilleros sino como organizaciones criminales. Prueba de ello, el duro golpe de la policía esta semana a los Dominican Don't Play, con sesenta detenidos. Entre ellos, hackers y altos cargos.
Una operación que revela cómo se organizan. Hasta ahora se pensaba que era una simple banda, con su núcleo y sus llamados coros, como divisiones dependientes que operan en los barrios.
Esta operación demuestra que también tiene un entramado de hackers para captar dinero por estafas. Ese dinero se destina a otra sección destinada a la compra y venta de drogas. Con el dinero obtenido también se compran armas, se pagan abogados caros y se mantiene a los presos de la banda.
Conectados con hackers de otros países
Ya no solo cantan, amenazan o rivalizan con otras bandas. La policía detenía estos últimos días a 19 integrantes de los Dominican Don't Play. Estaban conectados a una red de hackers brasileños que llegaron a estafar 500.000 euros. El 30 % fue para los Dominican Don't Play (DDP).
Según la brigada de delitos informáticos de la Policía Nacional, se trata ya de una organización criminal.
Las bandas ahora actúan de forma más piramidal: venden droga y con los beneficios compran más. Con su venta, se financian para comprar armas y pagar abogados para defenderse de las acusaciones judiciales. También para ayudar a los presos de la propia banda.
En el caso de los DDP, la mayoría son españoles de segunda generación, aunque también hay miembros de Sudamérica, Rumanía o Marruecos.