Pasó tres años en un internado de las juventudes hitlerianas
REDACCIÓN
Para Salomon Perel este vagón no es una pieza de museo, es el testimonio de un genocidio.
Salomon recorre la exposición que recrea el horror que vivió su familia. Sus padres y su hermana murieron en Auschwitz. Hoy, ve en estos zapatos las huellas de su propio pasado.
Judíos de origen alemán, los Perel huyeron a Polonia tras el ascenso de Hitler al poder. Residieron en la ciudad de Lodz hasta que la invasión alemana convirtió u bario en un gueto.
Salomon recrea sobre una fotografía su infancia: el puente que separaban ambas partes del gueto y al fondo, la vivienda de sus padres. Antes de ser deportados a Auschwitz, su madre le dijo una frase: huye tienes que vivir.
Su vida fue desde entonces una lucha por la supervivencia. Pasó dos años en un orfanato soviético, cuando el ejército alemán le capturó mintió. Negó su origen judío.
Regresó a Alemania como alemán y pasó tres años en un internado de las juventudes hitlerianas. Acabó asumiendo el nazismo como ideología propia. Un judío nazi, es macabro, asegura.
Perel ha convivido durante décadas con ese dilema. Desde su experiencia advierte contra el auge de la extrema derecha en Europa. Habla de tolerancia y respeto. Extiende su voz por el mundo para dar testimonio en primera persona de las cicatrices del siglo XX. Para que sean las heridas del XXI.