Este lunes se estrena en el Teatro Real la ópera de Giacomo Puccini, “Turandot”. Bajo la dirección musical de Nicola Luisotti y la puesta en escena de Bob Wilson, podrá verse durante 17 funciones hasta el 22 de julio.
El Turandot que vuelve Madrid propone, de mano de su director de escena, un hieratismo no apto para todos los gustos. Casi nada se mueve, los cantantes se ven obligados a expresarse solo con su voz.
Wilson utiliza siluetas a contraluz, máscaras, movimientos rituales que ayudan a contar la historia de la princesa Turandot, el personaje sobre el que pivota la obra, fría, implacable, de una maldad sin fisuras, difícil de interpretar.
“Digamos que la escritura de Puccini ayuda, dice Anna Pirozzi, porque es muy diferente a Calaf y sus frases melodiosas. Para mí, Turandot no es mala, pero para reflejar su frialdad ayuda la escritura de Puccini”.
Ultima ópera escrita por el compositor, que murió ante de concluirla. Fue acabada por su discípulo Franco Alfano, algo que tal vez influye en la estructura global (director musical)
La ópera contiene algunas de las arias más celebres de la historia y la más celebre para tenor, el nessum dorma” que canta Calaf en el tercer acto
Estrenada en La Scala de Milán en 1926, esta versión de Turandot puede disfrutarse desde mañana y durante 17 funciones en el Teatro Real